DIOSES
Los Dioses se
hallaban preocupados por el hombre: se habÃa tomado en serio eso de ser el
centro del universo y estaba arrasando con todo, inclusive con ellos mismos. He
ahà la pandemia. Se citó entonces a una reunión urgente de Dioses en el Olimpo.
Llegaron ataviados
con sus mejores prendas y sorprendidos de tantos Dioses existentes que casi no
cabÃan en el Olimpo. Algunos se conocÃan de vieja data y otros se miraban
extrañados. Además tenÃan la creencia entre ellos de considerarse únicos. En
primera fila se sentaron los más importantes y que aún coexistÃan con los
humanos, en las siguientes los de menor jerarquÃa y al final los Dioses que
habÃan muerto.
¿Qué hacemos con el
hombre? ¿Será que nos equivocamos? Preguntó una voz que no era voz, solo pensamiento
captado por los Dioses.
El Dios más
impaciente era el Dios de Abrahan, el más representativo y respaldado por las
masas cristianas, musulmanas y judÃas. Propuso disminuir los Ãmpetus del hombre
e incrementar los castigos como escarmiento.
El Dios Brahaman
representante de los miles de Dioses basados en los vedas, pregonó que para
acabar con este karma, se debÃa fortalecer el dharma, la piedad y el respeto a
los deberes y a las castas sociales.
Los Budistas
abogaron por infundir en el hombre mayor humildad y reforzar las prácticas
espirituales y la meditación para que
cesara tanto sufrimiento.
Afuera del Olimpo
habÃan quedado muchos, no considerados como Dioses, pero ante tanta insistencia
y alboroto dejaron entrar a algunos, entre ellos a los Dioses indÃgenas.
Hablaron desde el fondo, porque eran catalogados Dioses muertos y de menor
categorÃa: Proponemos, dijeron al unÃsono, que no hay que disminuir al hombre,
ni castigarlo, ni dividirlo en castas, ni volverlo más humilde y humillarlo.
Hay que respetarle la altura a la que ha llegado, pero conectarlo con el gran
espÃritu, la madre naturaleza que se enlaza con el cosmos, la tierra, las
plantas, los animales, el agua, el fuego.
El hombre hace parte de esta inmensa interconexión. Entre más sea consciente de
ello, más rápido enderezará el sendero que apenas empieza, pero caminará solo
sin la ayuda de ustedes.
Los demás Dioses se
miraron y de nuevo la voz que no era voz dijo: ¡no era para tanto!
AnÃbal
18/5/20
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