Se nos olvida con frecuencia

 

Se nos olvida con frecuencia

 

A pesar de la frescura de la rosa

Se nos olvida con frecuencia

El rojo dolor de los que sufren

La mano agotada alrededor de una moneda

La risa seca por el adiós de la inocencia

 

Llenos de olvido dejamos de lado

A los que arrastran la miseria como un caparazón

Y en sus pasos se acrecientan los caminos del aire

                                               La fatiga

En un costado la muerte y en el otro

Una leve esperanza de ser reconocido

De ser al menos mascota de cualquier dueño

O parte añeja de aquél rosal cuidado

 

Llegamos a las cosas y se nos aferran los olvidos

Nos da temor perder en ellos lo que si tenemos

Y tiene más valor ese temor o esta bicoca

Que la risa de ese niño entre carretas y cartones

O la palabra húmeda de aquella juvenil pareja

Que mendigan una respiración sobre las olas

Un rosado atardecer para enterrar

Lo que pudo ser su vida entre los hombres

 

Se nos olvida con frecuencia

Que es la sombra de todos la que forma la penumbra

Las desgracias o lo que más tarde

Empujado por los soles se vuelve amaneceres

 

Se nos olvida con frecuencia

En la marejada del deseo las encinas

Que el rio y más allá el azul es un llamado

Un grito al azar son los dolores

De aquellos sin descanso que recorren

Ida y vuelta los caminos sin un fruto

Y sin desfallecer esperan el final


De nuestro olvido

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