Salgo a comprar alimentos y las calles vacías me permiten dejar las historias y reflexionar ahora sobre la realidad, la economía. En este terreno la fantasía de lo absurdo, se esconde tras la cordura lógica de la institucionalidad. Se vuelve lógico y se institucionaliza, la pobreza, la muerte por hambre, la esclavitud del mercado y la riqueza infinita. Se acumula, se explota y se forman grandes cantidades de bocas hambrientas que se acallan con un poco de asistencia social, con migajas de los poderosos, que son adulados en su generosidad. Las políticas de pobreza propiciada por los organismos internacionales, es una muestra de ello: se prestan recursos para ayudar a los pobres, mientras se aceita el sistema que los vuelve miserables y enriquece a unos pocos. De qué vale seleccionarlos y darles un apoyo de subsistencia, si se acrecienta el hambre y la miseria? En Colombia a pesar de las ayudas, siguen muriendo más de 5.000 niños de hambre al año, existen 13.5 millones de pobres, m...
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